10/13/2021 0 Comentarios Recuerdo que de niño yo decía entre broma y en serio a mí nadie me comprende.En mi vida, setenta y cinco años después la misma situación sigue siendo válida. Sin embargo, hay un cambio significativo, antes me dolía que así fuera y lo malinterpretaba especulando que, por alguna circunstancia por mí desconocida, el pecado original quizás, yo no era un ser digno de ser querido, pues el mensaje resultaba obvio en la lectura de los rostros de los adultos que me rodeaban, gestos de marcada e insistente desaprobación que yo traducía a que mis aflicciones, en consecuencia, ni eran significativos ni le importaban a nadie. Ahora, cuarenta años después de intenso trabajo espiritual por encontrarle sentido a la vida, entiendo lo terriblemente aberrante de las relaciones que sostienen los seres humanos entre sí y disculpo la incapacidad para comprender que es impuesta violentamente a cada uno de nosotros desde niños durante nuestra crianza y educación; y por ende entiendo el mecanismo mediante el cual la exigencia de que las condiciones que los seres deben reunir como “estrellitas en la frente”, sellos de aprobación social, para ser aceptados por el consenso social y así ser dignos de ser queridos. Y que entonces las aflicciones de cada uno de nosotros resulten legítimas y merecedoras de atención social. El corolario de todo esto se reduce a que, si no eres un "clon social” perfecta, total y vulgarmente colectivizado, se te estigmatiza como bazofia residual sin derecho de ser, sentir y expresar lo sentido. Así es como se entiende la conservación de las tradiciones y de las instituciones: prohibido innovar, contradecir a la autoridad, o ser distinto, y mucho menos a tener pensamiento crítico, concepto que la inmensa mayoría no entiende porque así han sido educados. Consecuencias de esto las vemos, por ejemplo, ante la posibilidad de ser inyectado con sustancias tóxicas, de la que el fabricante y el gobierno, no se hacen responsables, cuando lo son. Te aplicas sustancias que no conoces porque "tú eres el responsable" y en algunas ocasiones hasta firmas un papel en el que aceptas los riesgos de los que no se hacen responsables y eso está bien... ¡Pero si rechazas una inyección tóxica, eres un sociópata irresponsable, cuando no lo eres; sin embargo, eres condenado por todos ellos! Esto es una oportunidad de reflexión. Donnato de la O. El Caminante #troforocks #donnatodelao #salud #trofologia #lasaludsecocinaencasa #saludholonómica #tútieneselpoder #salud
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