2/11/2021 0 Comentarios ¿Qué relajo es ese del brinco?-Preguntaba molesto Don Procopio, el catedrático de teología, a El Caminante, aprendiz de la vida. -“Un brinco fenomenal, de mente a no mente, de la razón a la existencia, del pensamiento al silencio interno. En absoluta contemplación de la consciencia. En total confianza a la existencia. Un brinco fenomenal, de pretender devenir, a solamente ser... Un brinco fenomenal, de aquí a aquí, que no deja trecho para el camino. Sin nada más que hacer, excepto continuar recordando que tú eres lo que eres, que tú estás en dónde estás. El camino no existe, es tan sólo distracción, el buscador es lo buscado, es tan simple la ecuación: Un brinco hacia La Confianza, un brinco hacia El Amor. Salta hacia La Confianza, salta hacia El Amor. Son los únicos constituyentes. Esto es Todo Lo Que Hay... Querido Don Procopio, un teólogo es un hombre ciego, en una noche negra, buscando en una casa obscura, un gato pardo que nunca ha estado ahí. Haga Ud., acopio Don Procopio de tantita sinceridad”. Así quedó para la posteridad, el diálogo del aprendiz de la vida, y su eminencia el muy propio Don Procopio catedrático de Teología del seminario de mayor envergadura que se ha conocido. Donnato de la O. El Caminante
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