Máscara del Progreso

Recuerdo mi infancia de cielos azules, de nubes prístinas, de oxígeno abundante, sin terregales flotando, sin toser al respirar, sin irritaciones, sin contaminantes… sin los residuos abyectos que al aire tiran en su afán de enriquecerse tanto tunante.
Recuerdo mi adolescencia, de casas sin bardas, de puertas abiertas, de jardines al frente, de tiendas de barrio, de parques frondosos, de pocos vigilantes y escasos facinerosos… recuerdo comprar el mandado en mercados de verdulerías, ahora sofocadas por ‘Ocsos y Súpermercados’ que de chatarra llenan sus anaqueles glamorosos.
Ahora en cada respirada nos tragamos un poco de muerte, ahora en cada bocado inhalamos un poco de deterioro, muriendo sin sentido los niños de niños, malviviendo ahora los ancianos prematuros… Cuyas vidas en ofrenda damos al tan cacareado progreso, cursi, envilecido y de escaso futuro.
Tanto progreso me asfixia.
Gracias Natura por estas flores, gracias vida por aguantarnos tanto, gracias memoria que estiras las riendas, gracias máscara que subrayas mi hartazgo… y así contemplo en el horizonte la vereda que invita dejar, lo que alguna vez fue, e incite a buscar ese lugar en donde en santa paz se pueda respirar sin temer, tan silvestre hallazgo.
 

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