Las cosas que digo no son dichas con la intención de que sean creídas, son cosas que pueden ser comprobadas por la propia experiencia, si las condiciones se dan, y las condiciones son sencillas; sinceridad, disposición, entrega, compromiso, pasión, confianza y paciencia. Si lo que te comparto te despierta la curiosidad para investigar por tu cuenta y te sirvo de base de partida, mi misión ha sido cumplida, toma las decisiones en base a tu propio criterio, a partir de tu propia experiencia, ahí es donde radica la sabiduría. Las cosas que he dicho no han sido ofrecidas como argumentos a ser disertados en la feria del intelecto. No son proposiciones para ser disectadas con el bisturí de la lógica, cubiertas entre las gasas de la filosofía y la retórica. Nunca ha sido mi intención sostener esgrima verbal para presumir de lo leído. Muy por el contrario, siempre he señalado un camino marginal a la mente y centrado en los impulsos irracionales del corazón. Siempre he sostenido que la intuición, la inteligencia y los sentidos son los atributos necesarios para andar, jugar y danzar sobre el camino. Reconozco las fricciones que he tenido con quienes hacen del intelecto, de las doctrinas y de la memoria, la trama que enjuicia, mide y dictamina lo correcto y lo incorrecto, lo secular y lo sagrado, lo bueno y lo malo, lo moral y lo inmoral. Reconozco que me he reído en las barbas de algunos intelectuales y de patriarcas esotéricos que eyaculan dicharacherías pías y disertan sus entelequias fantasiosas, siempre pendientes de subrayar lo dicho con la fecha apropiada, el nombre adecuado, la cita oportunista, las frases memorizadas de sus maestros, con notas al margen y bibliografía, rubricadas con el ‘sello permisorio’ de sus franquicias territoriales. Entiendo que haya quienes me tachan de irreverente. Desde su punto de vista tienen razón. Yo no reverencio sus reverencias. Desde mi punto de vista los veo desubicados porque la reverencia por lo Eterno, la reverencia por la Libertad, la reverencia por lo Divino, la reverencia por el Amor... en otras palabras, la reverencia por “Eso-Que-Es” le da melodía a mi cantar y sabor a mi vivir. Me veo en el espejo y me gusto, con eso me satisfago, no necesito la aprobación patriarcal de ninguna franquicia, de ninguna tribu, de ninguna doctrina, ni de oriente ni de occidente, Soy un rebelde sin remedio, un caminante solitario, simplemente soy “ESE” ser ordinario parido por la Naturaleza, arropado en su manto, fluyendo con sus encantos, agradecido por sus obsequios. Artículo basado en mi propia experiencia. #DonnatodelaO #PlaneaTuLongevidad #NoEstasEnfermoEstasEnvenenado #SaludHolonomica #MiSaludEsMiResponsabilidad
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Septiembre 2024
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