Conócete a ti mismo, se consciente de tus potencialidades y limitaciones. Practican el “mindfulness” o conciencia plena, aprende a estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora, practica la capacidad de aceptación y fluye con desapego. Afronta la adversidad con humor. La risa es un buen aliado porque ayuda a mantenerse optimistas y, sobre todo, eso te permite enfocarte en los aspectos positivos de las situaciones. Entiende las dificultades como una oportunidad para aprender, asume las crisis como una oportunidad para generar un cambio, lo que quieres es aprender y crecer. Se creativo transforma los errores y fracasos en experiencias de aprendizaje que sean útiles. Confía en tus capacidades, reconoce la importancia del trabajo en equipo, pero no te aísles, a veces es necesario pedir ayuda. Busca la ayuda de los demás y el apoyo social cuando lo necesites. Ve la vida con objetividad, pero siempre a través de un prisma optimista. Relaciónate con personas que tengan una actitud positiva, aléjate de vampiros chupa energía. Necesitas aprender que no se puede controlar todas las situaciones, sin embargo, si se puede controlar todas tus emociones. Se flexible ante los cambios. A pesar de saber perfectamente qué quieres lograr, también ten la suficiente flexibilidad como para adaptar los planes y cambiar las metas cuando es necesario. Se tenaz en tus propósitos. El hecho de que los resilientes sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, al contrario, si algo las distingue es su perseverancia y su capacidad de lucha. Y sobre todo, nunca dejes de crecer. La resiliencia, que definimos como la capacidad de resistir o recuperarse del deterioro funcional después de las crisis de estresores de salud ya sean agudos y / o crónicos (1), es una concepto que resuena con los pacientes y cuidadores de más edad. De hecho, el envejecimiento exitoso a menudo depende de la respuesta de una persona a la inevitabilidad de los estresores de la vejez. La resiliencia física es distinta de la construcción bien estudiada, y también importante, de la resiliencia psicológica (1, 2). Mientras que la capacidad de recuperación psicológica se refiere a la capacidad de una persona para adaptarse bien frente a la adversidad, trauma, tragedia, amenazas o fuentes importantes de estrés (3, 4, 5), la capacidad de recuperación física se centra en el mantenimiento o la recuperación de la función después de desafíos fisiológicos, biomédicos o patológicos (6). Se supone que la resistencia física refleja respuestas fisiológicas adaptativas a nivel de órganos, células y moléculas, por ejemplo, procesos musculoesqueléticos, neurológicos e inmunológicos, que apoyan la homeostasis en condiciones cambiantes (6). La resiliencia ha sido un tema de interés en el Instituto Nacional del Envejecimiento (6, 7), y es el tema de la Consultoría Holonómica: “Planea tu longevidad, no la dejes al azar” ®. Referencias 1. http://europepmc.org/abstract/MED/26718984 2. https://www.researchgate.net/publication/267623541_The_tapestry_of_resilience_An_emerging_picture 3. http://europepmc.org/abstract/MED/10953923 4. http://europepmc.org/abstract/MED/19711709 5. http://www.apa.org/helpcenter/road-resilience.aspx. 6. http://europepmc.org/abstract/MED/28475732 7. http://europepmc.org/abstract/MED/28475693 #live #naturaleza #senderismo #montaña #caminata #LaSaludSeCocinaEnCasa #planeatTuLongevidad #amigos #family #monterreycity #Monterrey #DonnatodelaO #saludable #salud
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