Envejecer es inevitable, enfermar es opcional.

Tengo 86 años y sostengo que mantenerme sano y capaz es cuestión de rehacerte momento a momento, cucharada a cucharada, trago a trago, respirada a respirada.

Lo he dicho incansablemente: envejecer no implica enfermar. No normalicemos los "achaques de la edad". Los síntomas y malestares son el lenguaje de nuestro cuerpo de que necesitas hacer ajustes en tu estilo de vida y tu alimentación. Un sistema inmune debilitado es el disparador a los desequilibrios bioquímicos en el cuerpo, alimenta tus defensas naturales y garantiza tu salud.

Ya es momento de atender y resolver esa diabetes, ese sobrepeso, esa hipertensión, esas "itis", las enfermedades cardiovasculares, ese achaque que has normalizado con el paso del tiempo, esos síntomas que te hacen decir: "yo así soy, soy diabético, soy alérgica, produzco acné". Déjame decirte que no es así.

Evidentemente, no podemos controlar lo que sucede en nuestro entorno, pero, ¿Qué tienes a tu alcance que puedas controlar para reforzar tu sistema inmune?

Los alimentos que eliges para nutrirte. Elimina carbohidratos de cadena corta: harinas refinadas, azúcar refinada, alcohol refinado. En su lugar, agrega frutos rojos, hojas verdes en tus ensaladas, 1/4 de taza de nueces al día, arroz integral y quinoa, jengibre y cúrcuma, semillas, leguminosas, frutas frescas y verduras crudas en ensaladas o jugos y al vapor o en calditos. Una nutrición completa debe de incluir las sustancias que normalmente no agregas porque "no te gustan". Recuerda que comer es un acto de química.

La actividad física que haces en el día. De hecho, hay investigaciones que demuestran que hacer 30 minutos de ejercicio 3 veces a la semana aumentan tu inmunidad haciéndote menos vulnerable a infecciones. Además, te ayuda a dormir mejor.

El manejo de estrés y emociones. Tenemos la capacidad de impactar nuestra salud física a través de nuestros pensamientos y emociones. Respirar conscientemente y meditar contribuyen a una mejor salud.

No estás enfermo, estás envenenado, y tú tienes el poder de cambiar eso.
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