El uso de plantas adaptógenas.

De acuerdo con la Teoría General de Sistemas y Sistemas Complejos no Lineales, somos sistemas fluyentes que incluyen nuestro entorno. Todo organismo está orientado biológicamente a s adaptarse a su entorno. La vida se adapta, así; se ajusta a los cambios tanto en temperatura, luz solar, pH, etc., como a los cambios físicos o conductuales de su entorno, deterioro, extinción, riesgos; que se transmiten a las generaciones posteriores, garantizando así la continuidad de la especie.

Nuestros organismos, como sistemas fluyentes que son, toman del entorno sustancias ajenas a nuestro cuerpo y las transforman en células de sí mismos, para restaurar su estructura y funciones vitales. Esto sucede mediante insumos como los macronutrientes, carbohidratos, proteínas y grasas; así como los micronutrientes, vitaminas y minerales, que la naturaleza, nuestro entorno nos brinda. Entre estos obsequios encontramos los adaptógenos.

Entendamos a los adaptógenos como sustancias naturales que han demostrado ser seguras y tienen la capacidad de mejorar de forma inespecífica los síntomas del estrés, ayudando al organismo a adaptarse a las circunstancias que pueden ocasionarlo y mejorando a la vez la forma y el rendimiento físico e intelectual.

Los adaptógenos son fitoquímicos que nos ayudan a ajustarnos o adaptarnos a las diversas situaciones cambiantes, esto, dada la impermanencia básica del sistema total, que incluye el entorno, para soportar determinados procesos metabólicos y también a restaurar equilibrios dinámicos perdidos. Además, nos ayudan a aumentar la capacidad en nuestro rendimiento óptimo en general y físico en particular. De hecho, los adaptógenos activan los mecanismos de la alostasis, que es el proceso a través del cual el organismo, sometido a un determinado nivel de exigencia, logra recuperar su estabilidad y resiliencia.

El mecanismo de acción de las plantas adaptógenas no está del todo aclarado, ya que las sustancias adaptógenas no actúan suplementando algo que falta en nuestro cuerpo, sino estimulando el eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal para que nuestro organismo sintetice lo que necesita.

Algunos ejemplos de las plantas con actividad adaptógena son: Ashwaganda, Rhodiola, Sishandra, Codonopsis, Eleutherococo, Withania, Ocimum sanctum (también conocida como tulasi o albahaca morada), y setas como el Ganoderma Lucidum (o reishi).

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Referencias:
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23195818/
​https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28640972/
​https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26609282/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28873320/
https://ilexina.com/nootropicos/
 
 

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