El aspartame es un veneno legal concesionado.

Apenas cinco meses después de que se aprobara por primera vez el aspartame en 1969, se retiró del mercado por indicadores de riesgo de cáncer. Pero fue restablecido en 1981 después de un intenso ‘cabildeo’, mecanismo legal para concesionar el veneno, que hizo el fabricante Monsanto. Desde entonces, el aspartame, encontrado en Nutrasweet, Canderel, Natreen y Equal, se añade como si fuera ingrediente inocuo a multitud de bebidas y alimentos, como postres, dulces, lácteos, helados, yogures, edulcorantes de mesa, cereales de caja, mermeladas, néctar de fruta, refrescos, aderezos, chicles, panes, pasteles, “con permiso de la autoridad”, previo moche, por supuesto.

Uno de los últimos estudios encontró que ingerir aspartame produce cambios epigenéticos en el cerebro. El epigenoma se asienta sobre el ADN y dirige qué genes se expresan y cuáles no. Los investigadores descubrieron que estos cambios epigenéticos alteraban la expresión de genes en la amígdala, la parte del cerebro que regula el miedo. En otras palabras, cuanto más aspartame se comas o beba, más neurótica será la persona consolidando progresivamente su ansiedad, terror y ataques de pánico. En cuanto a los efectos en la epigenética del cerebro, un estudio de 2017 publicado en la revista Scientific Reports encontró que la exposición al aspartame durante la gestación y la lactancia puede alterar la metilación del ADN en el cerebro de sus crías.

¡Aún más alarmante es que estos cambios epigenéticos duran al menos dos generaciones! En otras palabras, los abuelos neurotizados podrían transmitir estos rasgos que alteran la mente a sus nietos. Durante la última década, varios estudios han relacionado el aspartame con una serie de síntomas neurotóxicos, incluidos problemas de aprendizaje, dolores de cabeza, migrañas, ansiedad, depresión, insomnio y pérdida de memoria a largo plazo y demencia. Este último estudio es solo el último de una larga lista de problemas de salud relacionados con el aspartamo desde que fue aprobado por la FDA. Casualmente, la OMS reportó que durante esta última década la morbilidad neurálgica subió del décimo al segundo lugar en los países desarrollados.

Otros estudios han demostrado que los químicos en el aspartame se descomponen en formaldehído, un carcinógeno conocido que causa daño a los sistemas nervioso e inmunológico, así como daños irreversibles en el ADN. Otro artículo de 2016 publicado en la revista Physiology & Behavior informó que la exposición diaria al aspartame resultó en un aumento de peso significativo, obesidad, riesgo cardiometabólico y mortalidad. Y, la Universidad de Boston encuentra que beber refrescos de dieta con aspartame triplica el riesgo de desarrollar apoplejía o demencia.

Recuerda, no estás enfermo, estás envenenado.

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Referencias:
https://www.pnas.org/content/119/49/e2213120119
https://www.nature.com/articles/srep45179
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28814039
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7894585/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24677052
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/9714429
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27188891
https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/STROKEAHA.116.016027

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