Ser congruente con uno mismo y ser coherente con tu naturaleza son los indicadores de la vitalidad. Esto no quiere decir, ser congruentes con el conocimiento recibido, sin siquiera haberlo cuestionado, porque desde pequeñitos nos han inculcado sumisión a la autoridad, vía el temor y no el respeto. Vitalidad es calidad de vida; aire puro, agua pura, alimento puro, mente pura, corazón puro, espíritu puro, sin contaminantes, sin desinfectantes, sin preservativos, sin dogmas, sin doctrinas, y, sin ideologías. Ser congruente con uno mismo, es ser congruente con la propia inteligencia, la propia intuición, el propio ingenio, las propias emociones, y los propios sentidos. Tampoco quiere decir ser congruente con las opiniones solidificadas del consenso del gentío, que se someten por comodidad y conveniencia, por ambición o idolatría a la corrupta mente colectiva. Ejercer con gracia la coherencia de tu naturaleza quiere decir, beber agua pura, respirar aire puro, comer alimento puro, inclinar tu mente a la verdad, abrir tu corazón al amor, y dejar tu espíritu en libertad. Donnato de la O. El Caminante
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Septiembre 2024
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